Situada a menos de una hora de las diferentes ciudades españolas y a unas dos horas de las principales ciudades europeas, Menorca constituye un destino turístico de primer nivel a una distancia más que conveniente.
Históricamente, Menorca ha sido, desde la prehistoria hasta tiempos muy recientes, lugar de paso de distintas culturas a causa de su situación estratégica en el centro del Mediterráneo occidental, que ha propiciado que desde los albores de los tiempos diferentes pueblos hayan codiciado la isla como puerto de escala y refugio. Unos y otros dejaron un rico legado histórico en la isla, que hace del más oriental de los territorios de la Baleares una tierra con un relevante patrimonio. Es por ello que historiadores y arqueólogos han considerado que Menorca constituye un auténtico museo al aire libre. Tanto su prehistoria como la historia son tan intensas que parecen impropias de un territorio de tan reducidas dimensiones.
Con una temperatura anual media de 17ºC , Menorca disfruta de un clima templado moderado durante todo el año. La temperatura media máxima en verano es de 24ºC y la media mínima en invierno es de 11ºC . Caracterizado por el viento de tramuntana, que sopla con cierta frecuencia en la isla, las precipitaciones varían entre los 450mm y los 650mm, siendo otoño la época de mayor lluvia. El clima de Menorca nos permite disfrutar de buena parte del año al aire libre. Inviernos suaves para actividades muy variadas y veranos cálidos para disfrutar, sobre todo, de la gran variedad de actividades náuticas y sus maravillosas playas.
La realización del I Congreso Internacional en Derecho de Arbitraje de Es Castell, tendrá lugar en la población que de Es Castell (Menorca).
Es Castell es la población de la isla donde la huella de la dominación británica del siglo XVIII, el antiguo Georgetown en honor a George III de Inglaterra, es más evidente. Su origen esta directamente relacionado con el Castell de Sant Felip, una fortificación situada en la entrada del puerto, el punto estratégico más débil durante la época de invasiones.
A menos de tres kilómetros se encuentra la tranquila cala de Sant Esteve, donde está ubicado el Fort Marlborough cuya visita nos trasladará a la esencia del siglo XVIII.
Es la población más oriental de la isla, y a la vez de todo el territorio español. Por lo que nos da la oportunidad de vivir intensamente la primera sensación del día; un espectacular amanecer junto al mar.
Su urbanismo conserva el trazado original cuadriculado de calles rectas, su plaza de armas con los cuarteles ingleses y una arquitectura de reminiscencias británicas caracterizada por los boinders y las típicas ventanas de guillotina. Frente al Ayuntamiento, pintado con el característico color rojo inglés, nos encontramos con el Museu Militar, donde se conservan infinidad de detalles sobre los episodios de la historia: planos, información sobre las fortificaciones, pinturas de la época.
Es Castell mira hacia al mar, más concretamente hacia el monumental puerto de Mahón. Sus calles desembocan a Cales Fonts, antiguo muelle de pescadores, de pura estampa mediterránea, donde las terrazas de los bares y restaurantes junto con las paradas de artesanía, comparten un paisaje idílico a la vera del mar con las cuevas transformadas en tiendas y en refugios de pescadores.
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